Este auge industrial desplazó a los talleres familiares, arruinando así a muchas familias. Algunas de éstas familias huían a las ciudades en busca de un sueldo estable. Esto produjo el hacinamiento en las ciudades, pues mucha gente vivía sin agua, sin higiene...a lo que se le sumaba la falta de las escuelas, las epidemias, las crisis económicas que provocaban al mismo tiempo más desempleo, etc.
Por otro lado, gracias a la industria se fabricaron nuevos productos, como la miel, los dulces de chocolate, etc., que estaban a muy bajo coste y la mayoría de la población podía adquirir. Se hicieron nuevos objetos, sobre todo utensilios de cocina, ropa de algodón.... Todo esto ayudó a que se produjera un cambio de mentalidad, así, a finales del siglo XIX, Frederick Taylor ideó la producción en serie (cada obrero se ocupa de una parte del objeto a producir con ayuda de la maquinaria). Esta manera de producción fue adoptada por Henry Ford dentro de la industria automovilistica y, poco a poco, llegó a utilizarse en todas las naciones e industrias hasta el día de hoy.
Por lo tanto, gracias a la Revolución Industrial, se produjeron muchos avances en los transportes y por ello en las fábricas, siendo más fácil el repartimiento de los productos. Para ello se abrió el Canal de Suez y el Canal de Panamá. La cuna del automóvil que hoy conocemos, se produjo en Alemania en 1880 gracias a Gottlieb Wilhelm y Carl Fiedrich en el siglo XX. En 1903 se inventó el primer aeroplano. También se produjeron avances en las telecomunicaciones con la invención del telégrafo en 1858 y con las ondas electromagnéticas en 1857.
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